De Magic: the Gathering al poker

La presentación de un vídeo sobre la carrera de Isaac Haxton no hace mucho en esta misma portada arrancó de mi pluma la arriesgada afirmación de que Ike era el ejemplo perfecto de toda una generación de jugadores surgidos en la última década.

El protagonista hablaba de su infancia como una época en que agonizaba con la ansiedad de saber que se acercaban las fechas de un torneo de ajedrez, pasión que trasladó después a un juego de cartas que recibe el nombre de Magic: the Gathering, y del que sus amigos del instituto pensaban que podrían vivir como profesionales.

Para quienes no lo conozcan, MtG, que es la abreviación utilizada entre sus practicantes, es un juego de estrategia en el que dos jugadores intentan agotar los 20 puntos de vida del rival mediante diversos hechizos y contrahechizos representados por cartas.

Para poder lanzar estos hechizos, el jugador debe obtener antes un recurso llamado maná de un grupo concreto de cartas llamadas tierras, ya que poner en juego cada carta tiene un coste específico en maná de cinco diferentes colores.

Las cartas a disposición del jugador son innumerables, ya que MtG fue creado en 1993 por Richard Garfield y se han ido introduciendo periódicamente nuevas ediciones y ampliaciones desde entonces, añadiendo capas de profundidad a la ya de por sí enorme variedad de estrategias posibles. Ahí es donde entra en juego el primer punto de interés del juego: la creación de la baraja.

La relación matemática entre los recursos a generar y los necesarios para poner en juego el resto de tus cartas, la proporción de colores, la relación entre conjuros ofensivos, utilitarios y defensivos y todos los demás aspectos a tener en cuenta para construir un mazo competitivo se asemejan mucho al cálculo de los outs, del PME y de la equity; las herramientas fundamentales del jugador de poker.

El estudio del estilo del oponente, la estrategia a seguir según el diseño de cada baraja y el juego y contrajuego que se desarrolla en cada turno de una partida también le asemeja al juego preflop y postflop del poker.

Por último, el estudio de los mazos más exitosos en campeonatos internacionales, la necesidad constante de pulir los defectos en tu estilo y en tu baraja y la obligación de estar al día en las nuevas variantes estratégicas también ofrecen un claro paralelismo con las exigencias del poker, si en realidad quieres ser ganador.

Cuando los amigos de Ike Haxton hablaban de vivir de jugar a Magic no bromeaban. La popularidad del juego ha llevado a la disputa de numerosos torneos internacionales, circuitos  anuales y premios de cinco cifras, una dinámica muy similar a la de los circuitos nacionales de poker que conocemos todos.

El jugador más laureado en los torneos de Magic, el alemán Kai Budde, llegó a sumar más de 300.000$ en ganancias con sus siete títulos del Grand Prix, sus otras tantas victorias en el Pro Tour y su título de Campeón del Mundo de 1999.

El círculo social de Haxton incluía a dos de los que hoy son considerados como unos de los mejores jugadores del mundo, Scott Seiver y Justin Bonomo, y también a Adam Levy, jugador con más de 2.000.000$ en premios en el circuito y a Eric Froehlich, ganador de dos brazaletes de las WSOP, los mejores ejemplos de jugadores de poker famosos provenientes de MtG.

Si bien no tenemos constancia de que Budde diera el salto al poker, la mayor estrella del juego de cartas coleccionables que dejó el circuito de Magic para dedicarse al juego en general y al poker en particular fue Jon Finkel.

Su palmarés permite admirar tres títulos del Grand Prix, un récord de 14 presencias en el Top 8 de torneos del Pro Tour, de los que ganó tres y un Campeonato del Mundo, tanto individual como por selecciones, en el año 2000.

Si bien este torrente de títulos puede pasar desapercibido a ojos de un lego en la materia, su transición al poker llegó a inspirar un libro llamado Jonny Magic & the Card Shark Kids: cómo una banda de frikis superó las probabilidades y arrasó Las Vegas.

Finkel encabezó la primera migración masiva de jugadores de Magic al poker, a rebufo del efecto Moneymaker. Llegó a jugar high stakes online y en las mesas de cash del Strip. De ahí pasó a ser parte del mejor equipo profesional de blackjack y, finalmente, a dedicarse a las apuestas deportivas, pero el miembro de ese grupo de pioneros que de verdad impactó en el resto de jugadores de Magic del mundo fue el de David Williams.

Williams quedó segundo en el Main Event de 2004 frente a Greg Raymer, resultado que le valió para ganar 3.500.000$ justo en la edición posterior a la victoria de Moneymaker y acabar fichando por PokerStars.

Los primeros coqueteos de David Williams con el poker llegaron durante una suspensión que se ganó por hacer trampas en el Campeonato del Mundo de MtG en 2001. Sus Accumulated Knowledge, un instantáneo azul que permite robar cartas del mazo, estaban más combadas que el resto de las cartas y Williams cortaba de manera que siempre una de ellas estaba en lo alto de la baraja.

El éxito de Williams, jugador muy reconocido y ganador de tres Grand Prix, y la astronómica cantidad de dinero que ganó le convirtieron en el ídolo del amplio grupo de aficionados a Magic que empezaron a fantasear con convertir el poker en su Eldorado particular tras el boom del poker online de 2003.

Pero escudriñando, escudriñando, descubrimos que el verdadero faro de los profesionales, el pionero del salto a los 52 naipes fue Brock Parker, que en 1999 ya jugaba en las mesas de 20$/40$.

El ganador de un brazalete Alex Borteh o el propio Bonomo indicaron en declaraciones a la ESPN que Brock fue la inspiración que llevó a los primeros iniciados a probar suerte en un juego que multiplicaba por centenares las posibles ganancias de los mejores jugadores de MtG, junto a un grupo entre los que se contaban, por ejemplo, Jeff Garza, Ali Eslami, Bryan Devonshire o Eric Kesselman.

El gran momento de Brock Parker en el poker no llegó hasta 2009, cuando consiguió ganar dos brazaletes de las WSOP en menos de una semana.

Pero Magic es un juego extendido a nivel mundial, lo que significa que hay vida más allá de Estados Unidos. El tercer gran icono de MtG, junto a Finkel y Kai Budde es el francés Gabriel Nassif, hoy día regular del circuito de poker y que estuvo a punto de ganar su primer brazalete este verano en el evento #33 5.000 Limit Hold’em, su segunda mesa final en las WSOP. Aunque quizá el pro más conocido del país vecino sea Manuel Bevand, miembro del Team Winamax.

En este vídeo podemos ver a Nassif contra las cuerdas en cuartos de final del Pro Tour de Kyoto de 2009, uno de sus títulos como pro de MtG. Su rival le está atacando con tres criaturas, Nassif no tiene nada con qué bloquear ni cartas en la mano, así que en su siguiente turno está muerto.

Le toca robar y el francés coloca sus tierras en el orden que necesita la única carta que le salvaría, un Ultimátum Cruel. En realidad, Nassif está pidiendo su two-outer.

Pon en manos del francés dos dieces y en las de su rival dos ases, hazte a la idea de que está all-in en burbuja de mesa final y estarías viendo un vídeo de poker en vez de uno de Magic.

El Team Pro online de PokerStars Mickey Petersen “mement_mori” también proviene de las filas de clientes de Wizards of the Coast, y su ex-compañero de equipo y ganador de un EPT Noah Boeken llegó a ser campeón de Europa de MtG antes de convertirse en una de las caras más conocidas del circuito en el Viejo Continente.

En Latinoamérica, la reconversión más sonada fue la del hombre récord del Latin American Poker Tour y Team Pro Nacho Barbero, que fue campeón nacional de Magic en Argentina en 2003.

Por último, vamos a mencionar al Team Pro portugués André Coimbra, cuya primera caja como profesional del juego fue un octavo puesto en el Campeonato del Mundo de Magic de 2005 cuando contaba con 19 años de edad. Cobró 7.500$.

Esta serie sobre los juegos que han servido de cantera al circuito internacional de poker y cuya primera entrega estuvo dedicada al mundo de los videojuegos, la iremos completando con un capítulo destinado al ajedrez y un especial sobre los más jugones de España, aquellos de nuestros compatriotas que llevan toda la vida jugando y han conseguido hacer sonar su nombre también en el poker.

Capítulos anteriores

• Toda una vida jugando: de los videojuegos al poker
• Deportistas y poker: de las canchas a las mesas de fieltro

Todas las imágenes utilizadas para este artículo provienen de la página de la compañía que comercializó MtG, wizards.com.