Reportajes

Del ajedrez al poker

Antonio Romero | 19/12/13
Del ajedrez al poker
Tercer capítulo de la serie en la que recorremos los otros juegos que más figuras y aficionados han aportado al poker, donde no podía faltar el ajedrez.

El último juego que vamos a repasar en esta serie en la que hemos recorrido los campos más destacados como origen de los jugadores de poker es quizá el más relacionado y, a la vez, el más espinoso: el ajedrez.

El carácter intelectual, serio y formal que caracteriza la práctica del ajedrez ha provocado entre una representación importante de sus aficionados un sentimiento de superioridad que se ve insultado con la mera comparación con el poker. Sin embargo, ambos pasatiempos comparten un sinfín de características.

El ajedrez también encontró un medio de difusión importantísimo en Internet. Fuera de los clubs de ajedrez y los torneos era bastante complicado encontrar oponentes de diversa calidad y dispuestos a jugar en cada momento.

La adopción de formatos turbo e hyperturbo ayudó a combatir la percepción del ajedrez como un deporte que requería demasiado tiempo o que se podía hacer eterno, como se veía los eventos que lograron más difusión mediática, los Campeonatos del Mundo entre Anatoli Karpov y Garry Kasparov.

En el poker, el estudio es indispensable para dar un salto de calidad en el juego. En el ajedrez, las sesiones de aprendizaje de aperturas, finales y variantes estratégicas son también obligadas. Sobre todo, sus practicantes más dedicados comparten el uso de herramientas estadísticas para analizar las debilidades en el juego, una de las necesidades menos intuitivas para todo aquel que se acerca al poker por primera vez.

Por último, y esta es la verdadera razón del gran porcentaje de éxito en la adaptación de un jugador de ajedrez al poker, en ambas disciplinas hay que conseguir superar los niveles del pensamiento del rival. El engaño, el enmascaramiento y el sacrificio poco a poco superan en importancia al posicionamiento en cuanto avanza la fase media de la partida.

Aún así, sigue existiendo un cierto elitismo entre los practicantes del ajedrez, enraizado en la gran diferencia que salta a simple vista entre los dos juegos. Una jugada correcta en el ajedrez nunca provocará un debilitamiento de la posición, porque la suerte no tiene sitio entre los 64 escaques.

La mejor baza que tiene el poker para ganar cierto respeto entre los aficionados más recalcitrantes del ajedrez es el recientemente coronado Campeón del Mundo, el noruego GM Magnus Carlsen.

Magnus es el Mozart del ajedrez. Con 23 años es el máximo candidato a revitalizar la imagen de ese deporte como hicieron en su día Bobby Fischer y Garry Kasparov, al que ya ha superado en rating ELO, batiendo un récord jamás alcanzado por otro jugador, y no ha llegado a ser el campeón más joven de la historia por su disconformidad con el método de clasificación de candidatos en 2012.

En 2009, en una entrevista concedida a la revista alemana Der Spiegel, sorprendió al entrevistador cuando este se interesó por las aficiones del jovencísimo número uno. -¿Sales de vez en cuando a tomar una copa? -No, prefiero charlar con los amigos o jugar al poker online -¿Por dinero? -¿Y por qué si no?

Carlsen no es un jugador precisamente conocido en el mundillo de las 52 cartas, pero sí podemos presumir de que un Campeón del Mundo se pasó al poker durante un tiempo.

Fue el GM Roland Schmatz, campeón de “bullet chess”, un formato en el que el tiempo disponible para mover se ve reducido a tres minutos, a lo sumo. Su nick en los niveles medios de Limit Poker en PartyPoker era “GMHawkeye”.

Si buscamos el nombre más conocido entre los ajedrecistas metidos a pokeros, ese es sin duda el del GM Alexander Grischuk.

El ruso disputó varios matchs de candidatos al título mundial, se proclamó campeón de Rusia en 2009, llegó a los 2.716 puntos ELO y alcanzó el número uno del ranking ICC de Internet en 2008.

Convertido en profesional del poker a tiempo casi completo, Alexander se vinculó al equipo Unibet, que bajo el paraguas de su fama llevó a cabo diversas campañas de promoción de jugadores en diversas revistas de ajedrez, incluidas varias españolas como la revista Jaque.

Grischuk fue objeto de atención mediática en varios Main Events de las WSOP, aunque no tiene resultados dignos de mención y su contrato expiró hace tres o cuatro años.

Otra gran mente del ajedrez actual, el GM Hikaru Nakamura, cuarto en la clasificación mundial, echó la culpa de un mal resultado a que se estaba centrando en preparar su debut en las World Series of Poker.

En efecto, Nakamura jugó el Main Event de 2011, provocando agrios comentarios de boca de Garri Kasparov por su interés en el poker.

Aunque si hablamos de talento ajedrecístico trasladado a las mesas de poker, personalmente, la historia que más me gusta es la de Jeff Sarwer.

Jeff fue un niño prodigio del ajedrez, hasta el punto de arrancar comparaciones con los mejores jugadores del mundo y convertirse en fuente de noticias a nivel nacional por sus exhibiciones públicas anuales de simultáneas en el día de Canadá y su peculiar carácter.

Sarwer fue la inspiración para la escena que cierra la bellísima película “En busca de Bobby Fischer”. En esa escena, el protagonista se enfrentaba en la final de un campeonato infantil a un rival henchido de orgullo, que rechaza una generosa oferta de conseguir tablas por parte del protagonista y termina perdiendo la partida tras una inteligente promoción de peón.

En realidad, el personaje inspirado por Sarwer es cierto que rechazó las tablas, pero obligó a prolongar la partida hasta que solo los dos reyes quedaron sobre el tablero y las tablas eran obligadas por falta de material. Jeff Sarwer tenía siete años y su rival nueve, una diferencia brutal a esas edades. Ese era el espíritu competitivo y esa era la calidad que tenía Jeff Sarwer.

Su futuro como leyenda del tablero parecía garantizado después de conseguir el título sub-10 en el Campeonato del Mundo Juvenil de Puerto Rico, pero cuando la figura de Jeff superó el control que podía ejercer su padre sobre el niño, este se los llevó a él y a su hermana de Nueva York, cortando de raíz la carrera del chaval.

El padre de Sarwer fue acusado de abusos y los niños acabaron en casas de acogida. Acosados por el recuerdo de un hermano que se suicidó después de ser maltratado y violado en una de esas casas, escaparon de sus familias de acogida y se reunieron de nuevo con su padre. La familia desapareció en Europa y no se volvió a saber de Sarwer hasta 12 años después.

En 2007 se apuntó a un torneo de ajedrez en el que hizo 7 puntos de 9 ante 89 jugadores, cuatro de los cuales eran Grandes Maestros. Se le adjudicó inmediatamente un ELO 2.300 que no se correspondía con su capacidad, pues nadie le conocía. En diciembre de 2008 hizo caja en el EPT de Praga, y en 2009 firmó un 10º en el EPT Varsovia y llegó a la mesa final del EPT de Vilamoura en el lapso de tan solo un mes.

En un hilo abierto sobre él en los foros de TwoplusTwo a raíz de esas dos grandes actuaciones consecutivas en el EPT, Jonathan Aguiar y Shaun Deeb afirmaron que Jeff era la mente más brillante que jamás haya existido en el poker y que su nivel de pensamiento estaba muy por encima del que poseían el resto de jugadores de aquellos torneos. Aquel hilo y su historia dieron pie a un excelente artículo de Bluff Magazine.

Pero Jeff Sarwer no ha conseguido dotar a su carrera de la brillantez que le auguraban y sus resultados palidecen ante los de otros jugadores provenientes del ajedrez.

El primer gran campeón ligado al ajedrez fue Dan Harrington, ganador de un WPT y dos brazaletes de las WSOP, uno de ellos el del Main Event en 1995.

Harrington empezó a competir en torneos de ajedrez a nivel estatal, proclamándose campeón del estado de Massachussets, pero terminó abandonando el tablero porque no había manera de ganar dinero con ello.

Se pasó al backgammon y terminó jugando al poker, juego que consideraba ligero y efímero en comparación a su pasión de juventud. Su ejemplo guió a toda una generación de ajedrecistas americanos hacia el poker, hasta tal punto que en diversos medios estadounidenses se culpó a la falta de premios de suficiente cuantía en los torneos de ajedrez y al éxodo que ello provocaba hacia el poker de la falta de presencia internacional de sus ajedrecistas en los grandes torneos.

Harrington fue uno de los pioneros, pero hay varias estrellas del poker actual que han llegado a superar los 2.000 puntos FIDE.

Los dos quizá más importantes acaban de cosechar grandes éxitos en el WPT Doyle Brunson Five Diamond WPC, valorados en más de un millón de dólares. El primero es Brian Rast, otro ganador múltiple de brazaletes en las WSOP y vencedor en el High Roller del mencionado WPT y el otro es Dan Smith, jugador revelación de 2012 y que ha conseguido su primer gran título al vencer en ese WPT.

Ylon Schwartz , finalista en el Main Event de 2008 y ganador de un brazalete, aseguró a PokerListings que conocía a muchos jugadores de ajedrez en bancarrota. “Con el historial de estudio y capacidad de análisis que tienen, cobra muchísimo sentido pasarse al poker y hacer algo de dinero”.

La lista de jugadores que parecen haber seguido ese camino es nutrida y llena de grandes nombres: Erik Seidel, Howard Lederer, el Team Pro Ángel Guillén, el argentino Leo Fernández, que llegó a tener un ELO de 2.320…

También de vez en cuando nuestro trabajo nos descubre las raíces de una nueva estrella del poker. Recuerdo que la única página en que encontramos alguna información sobre Martin Staszko después de conseguir un puesto entre los November Nine de 2012 fue un sitio de ajedrez donde aparecía su ranking ELO.

Con Anaras Alekberovas, que ha destacado en varios eventos del EPT, también pasaba algo muy similar.

Tanto en los jugadores que abandonaron el ajedrez a edad más temprana como en aquelllos GMs y MIs que se adentran por primera vez en el poker tras llegar a la élite del ajedrez, la historia, en la mayoría de los casos, concuerda: hay mucho más dinero en el poker que en el ajedrez.

Ese es el gran secreto del prolífico afluente ajedrecístico hacia el circuito en vivo y el poker online.

En el ámbito del ajedrez femenino, la jugadora más conocida en los salones de poker es la Maestro Internacional y GM Femenina Almira Skripchenko, que tiene más de 250.000$ de premios en vivo y ha representado al equipo Winamax por toda Europa a principios de esta década.

También es reseñable la figura de Jennifer Shahade, dos veces campeona femenina de Estados Unidos y escritora, que ha compuesto varios artículos sobre poker y ajedrez en medios tan diversos como el New York Times o el blog de PokerStars, donde nos dejó una interesante reflexión sobre los lazos entre el poker y el ajedrez.

Es mucho más raro encontrar a jugadores que hayan hecho el trayecto contrario, pero no imposible, aunque sea a modo de anécdota. Tom Dwan jugó una muy comentada partida de ajedrez en las WSOP de 2007 contra Greg Shahade, el hermano de Jennifer. Greg era un Maestro Internacional con más de 2.400 puntos ELO, pero Dwan insistió en apostar 50.000$ aceptando jugar con la ventaja de una torre. Esto significa que Shahade empezaba sin una de sus torres, pero aún así ganó fácilmente.

Y hasta aquí nuestro repaso a las diferentes corrientes que han venido a desembocar en el mundillo del poker, arrastrando consigo tanto a buena parte de los jugadores más conocidos de esas disciplinas como los que se han hecho un nombre luego de los diferentes circuitos de torneos en vivo y que han poblado las salas online.

Para despedirnos, nos hemos guardado un nombre, el de Stanislaw Cifka, jugador con un ranking FIDE de 2.400, que paga sus facturas gracias al poker y que ganó un Grand Prix de Magic, y todo cuando acaba de cumplir 20 años. Un verdadero renacentista del juego, en el que lleva toda una vida.

Y hasta aquí ha llegado el apartado internacional de la serie Toda un vida jugando. Hemos conocido a los jugadores que han aprendido a competir en el ajedrez, a los que lo han hecho en los torneos de Magic: The Gathering y a los que hicieron sus primeros pinitos profesionales en los videojuegos.

Incluso en su día recordamos todos aquellos que han llegado al poker desde la élite del deporte.

Esperamos que os haya gustado lo visto hasta ahora. El próximo capítulo, y final de la serie, será uno que seguro conseguiremos completar y dejar para los anales del poker español entre todos: Toda una vida jugando en España.

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